Vinos desalcoholizados

Los conocidos como “vinos sin”, son bebidas elaboradas a partir de vino desalcoholizado. Según la legislación vigente no se pueden denominar “vinos” ya que poseen una graduación menor a los 9 %vol. y no se permite el uso del término “vino sin alcohol” o “vino bajo en alcohol” en las etiquetas.
La definición legal de una bebida “sin alcohol” en España requiere que el producto contenga menos del 1% de alcohol en volumen. Normalmente, estos productos contienen 0.5 %vol. ya que es físicamente imposible eliminar el 100% del alcohol de una bebida fermentada.

La presencia de etanol confiere al vino dulzor, sensación térmica, untuosidad y sensación de volumen. Según algunas opiniones, estos productos “sin alcohol” pueden resultan algo insípidos. El sabor es un factor condicionante y más cuando se está acostumbrado a la sensación alcohólica. No obstante, estos vinos desalcoholizados tienen su propia personalidad resultando más ligeros en textura que los vinos con alcohol.

El vino se desalcoholiza mediante procesos mecánicos como la filtración en Frío, la ósmosis inversa, y la columna de conos rotatorios. Estos sistemas no dañan el gusto y aroma natural del vino, ya que no requieren de ningún proceso evaporativo, y por tanto retiene todas las características propias de la uva de que procede.
Dejando de lado que el alcohol nos hace más sociables y nos desinhibe, hay ciertos sectores de la sociedad que no pueden consumirlo, como es el caso de las embarazadas, enfermos hepáticos, diabéticos, conductores profesionales o personas a dieta.  


Este producto tiene aproximadamente un tercio de las calorías que contiene el vino con alcohol. Aunque oscila ligeramente, el rango habitual se sitúa entre 20 y 28 calorías por 100 ml. Contienen alrededor de 5 g/100 ml de carbohidratos y no tienen grasas ni proteínas, siendo aptos para vegetarianos y veganos. Además, el vino tinto desalcoholizado conserva los mismos polifenoles y flavonoides provenientes de los hollejos de la uva que aportan al vino tinto en general su poder antioxidante.

También, hay muchas ocasiones en que se quiere disfrutar del sabor y el ritual del vino de calidad, pero sin consumir alcohol. Puede consumirse en cualquier ocasión o comida y, por supuesto también si se tiene que conducir.

Actualmente son muchas las bodegas que han decidido a investigar y lanzar su producto desalcoholizado. 

El primer producto de estas características vino de la mano de Bodegas Casa de la Ermita. "Altos de la Ermita" es elaborado a partir de vino crianza y surgió en respuesta al descenso del consumo por los puntos del carné de conducir. No se utiliza ningún método mecánico, si no que son las levaduras poco eficientes en la transformación de los azúcares en alcohol las que producen una menos graduación. 

Tras un intenso trabajo de investigación iniciado en 2004, la Bodega Emina, del grupo Matarromera, y Agrobiotec lanzaron la completa línea "Eminasin" que cuenta con blancos, rosados, tintos y tintos de crianza.

Bodegas Torres lanzó en 2008 "Natureo", a partir de vino de Moscatel (muscat). Esta variedad es muy aromática con lo que el producto también lo es. Posee cierta frescura y acidez equilibradas aunque denota demasiados matices a manzana, confundiéndose a menudo con bebida a base de sidra. Obviamente no se puede esperar nada más al no contener alcohol. Pero para ciertas ocasiones servido bien fresquito es una bebida muy agradable. 


Fuera de nuestras fronteras, son muchos países los que llevan años elaborando este tipo de productos. En Alsacia (Francia), la bodega La Côte de Vincent también elabora espumosos y la bodega J. Lohr en California.

¿Creéis que el vino desalcoholizado puede convertirse en una bebida social como pueda serlo la cerveza "sin"? ¿Puede este producto competir con el vino o debe tratarse como un complemento? 

Para gustos colores. Personalmente, después de probar el vino con alcohol es difícil no encontrar en esta bebida lo que se encuentra normalmente. Pero es bueno saber que para cada ocasión el mercado nos abre multitud de posibilidades que se amoldan a nuestro ritmo de vida, pudiendo disfrutar del sabor del vino sin exceder el consumo de alcohol.