Los conocidos como “vinos sin”, son bebidas elaboradas a partir de vino desalcoholizado. Según la legislación vigente no se pueden denominar “vinos” ya que poseen una graduación menor a los 9 %vol. y no se permite el uso del término “vino sin alcohol” o “vino bajo en alcohol” en las etiquetas.
La definición legal de una bebida “sin alcohol” en España requiere que el producto contenga menos del 1% de alcohol en volumen. Normalmente, estos productos contienen 0.5 %vol. ya que es físicamente imposible eliminar el 100% del alcohol de una bebida fermentada.
La presencia de etanol confiere al vino dulzor, sensación térmica, untuosidad y sensación de volumen. Según algunas opiniones, estos productos “sin alcohol” pueden resultan algo insípidos. El sabor es un factor condicionante y más cuando se está acostumbrado a la sensación alcohólica. No obstante, estos vinos desalcoholizados tienen su propia personalidad resultando más ligeros en textura que los vinos con alcohol.
El vino se desalcoholiza mediante procesos mecánicos como la filtración en Frío, la ósmosis inversa, y la columna de conos rotatorios. Estos sistemas no dañan el gusto y aroma natural del vino, ya que no requieren de ningún proceso evaporativo, y por tanto retiene todas las características propias de la uva de que procede.
Dejando de lado que el alcohol nos hace más sociables y nos desinhibe, hay ciertos sectores de la sociedad que no pueden consumirlo, como es el caso de las embarazadas, enfermos hepáticos, diabéticos, conductores profesionales o personas a dieta.
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