La garnacha tintorera se transforma

Castilla La Mancha es la región que más superficie de viñedo ha reestructurado y reconvertido desde 2001, con un total de 45.904 hectáreas, seguida de Extremadura con 12.927 y Valencia con 7.840 hectáreas.
Cuando hace unos meses volví a visitar los viñedos donde trabajé estos últimos años, en la provincia de Albacete, pude ver con mis propios ojos el cambio que están sufriendo algunos (todavía pocos) de los viñedos de garnacha tintorera en esta localidad, inicialmente cultivados en vaso y transformados ahora en espaldera.

Viñedo de garnacha tintorera en vaso de la provincia de Albacete

La garnacha tintorera, en España, se cultiva mayoritariamente en Orense y Albacete, y en menor proporción en Alicante, Pontevedra, Huesca y Valencia. Esta variedad da vinos de mucho color y extracto seco destinados a mezclas, aunque actualmente son muchas las esperanzas depositadas en la obtención de vinos monovarietales, interesantes y con carácter propio, dentro de las denominaciones de origen Manchuela y Almansa. 

Para la bodega en concreto se recogen uvas de tintorera procedentes de viñas con más de 30 años, todas en vaso, exceptuando algunas de syrah (más jóvenes) conducidas en espaldera y con riego. Son muchos los agricultores que se quejan de la reducción del precio de la uva, aunque el vino a granel se venda prácticamente sólo y el embotellado gane multitud de premios nacionales e internacionales. 

Las operaciones de mantenimiento de la viña, como la poda o la espergura, son costosas y demandan de mano de obra. En el caso de la poda además, se busca que sea cualificada, imprescindible en la producción de vinos de calidad. Pero, irremediablemente, es a la hora de vendimiar cuando surgen los problemas y la necesidad de reducir costes. 

Este es un pueblo donde, pese a que los jóvenes se desentienden cada vez más del campo, todos arriman el hombro para ayudar a familiares, vecinos y amigos cuando llega la vendimia, aunque cada vez es más difícil encontrar mano de obra a un precio razonable, viéndose reducida la rentabilidad de las parcelas. Por tanto, mientras un vecino alquila una vendimiadora y por un día de trabajo de una cuadrilla la máquina es capaz de vendimiar la parcela entera, es  lógico y normal buscar optimizar el proceso productivo. 

La sustitución de la vendimia manual por la mecánica de es una mejora técnica, pues permite mecanizar la recolección y reducir los costes, pero además de transformar notablemente el paisaje y el modo de vida del pueblo, ¿será una mejora en la calidad y expresividad de los vinos en esta zona? 

Los vinos de garnacha tintorera de esta zona en concreto tienen mucha personalidad, un cierto toque mineral a grafito y la ciruela madura y aceituna negra tan características, a parte de un color púrpura profundo e intenso. Se teme que al elevar la cepa, los racimos no tengan tanta concentración y se pierda su expresividad y por tanto esa originalidad que han conseguido actualmente. 

En breve volveré y contemplaré de nuevo los cambios físicos en los viñedos, aunque será con el tiempo cuando de verdad sepamos si esta transformación en las viñas también han transformado los vinos.