Enología Ecológica I


Aunque pueda parecer un término redundante, no se me ocurría mejor manera de titular la entrada de hoy, que como veréis he tenido que dividir en dos partes. Y es que cuando me entra la inspiración...

Desde hace ya tiempo vengo dándole vueltas a las principales consecuencias del cambio climático que están sufriendo las regiones vinícolas en los últimos años.

En general, el tipo de vino viene determinado por el tipo de clima y las variaciones del mismo provocan cambios en la composición del vino. El proceso fenológico de la vid está íntimamente relacionado con el calentamiento y muestra una tendencia a adelantarse entre 6 y 25 días dependiendo de la variedad y la ubicación de la misma. Estos cambios son más significativos durante la época del envero (cambio de color de la uva) y la cosecha. 

La vendimia se adelanta acortando el periodo de maduración provocando que, aunque se haya alcanzado el grado alcohólico adecuado, el fruto no esté maduro. Esto da como resultado altos niveles de azúcares (aumento del grado alcohólico) y disminución de la acidez (aumento del pH) debida a la respiración, por lo que el vino pierde longevidad y su estabilidad microbiana. 

Existen, además, otros problemas que perjudican a la calidad de la uva y el vino, provocados por una mayor concentración atmosférica de CO2, una reducción de la humedad y cambios en los patrones de las plagas del viñedo: bacterias, hongos y virus que el frío controlaba de forma natural.

Este impacto está afectando a toda la industria del vino que se está viendo obligada a cambiar conjuntamente ciertos sistemas de cultivo (riego, densidades de plantación, etc.), técnicas de elaboración, políticas agrarias y avances en la genética.



Ha quedado demostrado que el impacto humano está perjudicando el clima. Por tanto, la sociedad debe cambiar, y en lo referente a la producción de vino, debemos adaptarnos. En palabras de Pancho Campo  MW, "Ante el cambio climático, es necesaria una nueva cultura del vino".

Por esta razón, la industria vinícola tiene que estar preparada para implemetar estrategias de adaptación, estar dispuesta a alterar variedades y paliar las diferencias en la calidad del vino mediante el desarrollo de nuevas tecnologías y prácticas de gestión. Llega el momento, por tanto, de que las bodegas y viticultores se adapten a las nuevas tendencias marcadas por la concienciación medioambental que exige un producto respetuoso con el medio y que lleve implícita una producción con mínimo impacto ambiental. 

La gestión ambiental en la producción de un vino comprende tres etapas: la producción de la uva, la elaboración del vino y su envasado y presentación

Respecto al "packaging" hay que destacar que, por ejemplo, las botellas que pesan y cuestan energéticamente, se están comenzando a comercializar con 65 gramos menos de peso, sobre todo en botellas tipo champagne. 

El "bag in box" es un envase ecológico ya que se pueden reciclar el 100% de sus componentes. Además de práctico se ha demostrado que conserva mejor el vino una vez abierto, y desde el punto de vista logístico pesa menos que el vidrio.

Ha habido una fuerte tendencia a cambiar el tapón de corcho por tapón de plástico o de rosca. No entraré a debatir las ventajas e inconvenientes de tapón de corcho vs. tapón sintético respecto a la conservación de determinados tipos de vino (quizá más adelante), pero sí haré hincapié en su impacto ambiental. 
Como han demostrado multitud de estudios cada tapón de plástico provoca 10 veces más gases contaminantes que un tapón en corcho natural y una cápsula en aluminio unas 25 veces más. La polémica está servida. 

Ni que decir tiene que respecto al tapón de corcho es importante la gestión responsable de los alcornocales, por lo que una gestión sostenible de los viñedos puede decidir el futuro de los mismos.  Véase el caso de "Espadán Corks", el primer productor español en conseguir la certificación FSC de su alcornocal en la Sierra de Espadán (Castellón) y de su fábrica de tapones.

En lo referente al cultivo de la uva y la elaboración de vino, son varias las opciones que dan respuesta a la exigencia de respeto medioambiental, como son la producción integrada y la vitivinicultura ecológica (cómo me gusta jugar con los términos), de las que hablaré en la segunda parte.